Las trayectorias escolares son el camino que el Sistema Educativo tiene marcado para cada alumno. Cuando ésta se cumple en los años y circunstancias predeterminados, ordenada y direccionada es lo que llamamos “trayectoria estándar”.  Es gradual y se espera una progresión prevista en la normativa vigente.

En el contexto de la educación y en la cotidianeidad de los colegios sabemos que existen disrupciones en este recorrido, marcadas por diferentes circunstancias que generan el quiebre de esta trayectoria trazada.

“Abandono escolar, repitencia, sobreedad entre otros indicadores, construyen sentidos sobre el recorrido de escolarización esperable para los docentes, los alumnos y las familias. No se trata solo de tasas o proporciones sino fundamentalmente de condicionantes para la experiencia de escolarización. Estar en la escuela puede suceder de muchas maneras. No todas son equivalentes a ejercer el derecho a la educación.” (2010 Subsecretaría de Educación PBA)

Los docentes tenemos que estar alertas ante indicadores que nos pueden estar anticipando repitencia y/o abandono, el fracaso constante de algunos alumnos, el desinterés, las faltas reiteradas, pueden ser algunos de ellos. Es importante poder anticiparnos ante estos llamados de atención para reacomodar nuestra práctica y así poder acompañar a los alumnos que lo requieran. La revisión constante de nuestra tarea toma un carácter obligatorio en este contexto de vulnerabilidad educativa.

 

Experiencias de acompañamiento de casos

Se van a compartir a continuación, algunos casos que fueron acompañados desde la escuela, para hacer un análisis del modo de acompañamiento y el impacto que este tuvo en cada situación, la consecuencia sobre el recorrido real de los chicos, siendo el punto en común el quiebre de su trayectoria escolar teórica, es decir la trazada por el sistema.

Valentín M

Valentín presenta una trayectoria irregular desde 1er grado. Tuvo dificultades en la adquisición de la lectura y la escritura y en matemática. En 2do grado ya adquiere definitivamente el sistema de escritura, pero en la finalización del periodo escolar queda desfasado con respecto a sus compañeros.  Actualmente está en 6to grado. Todas las maestras coinciden en su falta de concentración, que juega constantemente y no quiere copiar las tareas como el resto de sus compañeros. No cumple con sus actividades en el aula ni en la casa.  Está continuamente en conflicto con algunos de sus compañeros, se queja continuamente, pero quiere jugar con ellos y participar de las actividades del grupo. Es un nene muy alegre y juguetón, pero ante las situaciones que imponen un límite de los adultos o de los pares, se enoja mucho y se cierra sin poder expresar lo que lo molestó. No tiene prácticamente ausencias en todos los años, asiste regularmente al colegio salvo casos de enfermedad.  Tiene una familia se ocupa de los hijos.

En este caso se acompañó a Valentín desde 4to grado, que fue el momento en que comenzó a haber maestra MATE en el colegio, (maestra acompañante de trayectorias escolares). Se buscó siempre su punto de partida y se intentó interesarlo en las diferentes propuestas. En lo referido a Prácticas del Lenguaje pudo adquirir muchos aprendizajes para presentarse más sólido ante las actividades que se hacían en el grado, lo cual también generaba mayor participación en el aula y mejora de su autoestima. Le gustaban mucho algunas lecturas como “El mago de Oz” que a pesar de que es una obra extensa y no lo pudimos terminar, lo seguimos al año siguiente a pedido de él. A partir de ese libro realizamos algunas actividades de lectura, de escritura e inclusive de gramática y vocabulario. En matemática se interesó poco, pero logró adquirir los contenidos mínimos para poder pasar de grado. También se hicieron reuniones con su familia para que pudieran ayudar a organizarlo en casa. Con Valentín era muy importante el interés y la motivación que él tuviera por eso las actividades fueron diseñadas a su gusto manteniendo como eje los contenidos priorizados para los distintos grados.

Juan C

Juan es un nene que está en 3er grado, no completó su alfabetización y tiene dificultades también en Matemática.  La maestra lo derivó en 2do grado para que sea acompañado por la maestra MATE, la mayor preocupación, aunque el rendimiento era bajo en ambas áreas, fue la lectura y la escritura. Tiene dificultades en el aspecto social para relacionarse con sus compañeros por lo tanto le cuesta trabajar en grupo porque además sus compañeros se quejan de que él “no hace nada” y lo rechazan.  Es dulce y muy tímido, tiene una actitud pasiva ante las circunstancias, pero a lo largo de 2do grado pudo lograr acercarse a sus docentes a preguntar cuando no entiende y también en algunas ocasiones integrarse en un grupo, aunque en estas situaciones sociales tiene que haber una mediación de un adulto porque él solo no lo hace. Sus padres son trabajadores, están muy interesados en el aprendizaje de Juan, son atentos y comprometidos con las dificultades de su hijo.  Juan no asiste todos los días, falta al colegio sobre todo en invierno y la madre cuenta que sus ausencias son porque es asmático.

A lo largo del proceso de acompañamiento, los mayores logros fueron que los vínculos con sus docentes le generaron confianza y se acercara a preguntar sus dudas con respecto a algún aspecto que no le quedaba tan claro o alguna dificultad con sus compañeros. Cuando profundizamos en su proceso de aprendizaje, nos dimos cuenta que él tardaba más en adquirir los contenidos entonces se adecuaron las actividades a sus tiempos internos de comprensión que variaban con respecto al grupo y lo dejaban afuera del trabajo en el aula lo cual generaba que la distancia entre él y sus compañeros fuera cada vez más amplia. Estas características de Juan también fueron transmitidas hacia las/los demás docentes para ayudarlo a transitar por el nivel primario a partir de sus capacidades individuales.

Priscila P

Priscila no presenta dificultades de aprendizaje, es derivada al acompañamiento MATE porque sus reiteradas faltas hacen que siempre esté desfasada con respecto al resto del grupo.  La familia está compuesta por tres hermanos y su madre. La madre es una persona muy joven de aproximadamente 26 años. Ella es la más grande de sus hermanos, al día de hoy está en 5to grado y fue derivada para ser acompañada por primera vez en 3er grado.  Los tres hermanos cuentan con acompañamiento MATE, ya que todos faltan constantemente y no completan sus aprendizajes.  Priscila no tiene problemas de relación con sus compañeros, juega y se contacta con algunas nenas en una relación de amistad, participa en los grupos sin dificultades cuando está presente.  A lo largo de estos años hubo periodos de tres semanas enteras en los que no asistían a clase. Cuando se le preguntaba a la madre, ésta refería que no podía traerlas ni acercarlas al micro escolar que pone el Gobierno de la Ciudad para que los chicos lleguen al colegio por problemas de trabajo, de vivienda, de horarios que no podía manejar.  Priscila se siente avergonzada cuando se le pregunta por qué no asistió en días anteriores.

Con Priscila y sus hermanos se hicieron muchos avances en los momentos que asistían a la escuela ya que no presentaban dificultades en el aprendizaje. El problema claramente residía en los adultos que no se podían terminar de responsabilizar en cumplir el derecho de sus hijos de ir a la escuela y recibir la educación adecuada.

Surge el planteo de que las mínimas condiciones que deben estar presentes para garantizar el conocimiento no están.  La familia no logra hacerse cargo de la escolaridad de estos niños. ¿Y la escuela se puede hacer cargo de esta vulnerabilidad que queda tan bruscamente expuesta? La escuela trabaja con el Equipo de Orientación Escolar, pero no se logra revertir esta situación.

Nestor Lopez reflexiona en relación a las problemáticas cuando comenta el fin de la era del “optimismo pedagógico que” (…) Encuentra sus propios límites ante la contundencia de la realidad. La creciente complejidad que caracteriza al escenario social en los países de América Latina, (…) nos confrontan con el siguiente interrogante: ¿Es posible educar en cualquier contexto social? ¿Cuál es el mínimo de equidad necesario para que las prácticas educativas sean exitosas? Cada vez se hacen más visibles las dificultades de los sistemas educativos frente a escenarios tan devastados, en que sus alumnos no cuentan con condiciones mínimas que les permitan participar del proceso educativo. El límite del optimismo pedagógico aparece cuando se constata la necesidad de un mínimo de bienestar social para poder educar”. (López N. 2005)

El punto en común en los dos primeros casos, es que a partir del comienzo del acompañamiento cambia la actitud con respecto al colegio, ganan interés y se nota que cambia su autoestima en relación a la participación en el aula lo cual implica que la inclusión es posible, da resultados concretos y debería ser priorizada. Tener docentes capacitados para realizarla en conjunto con su maestra/o que es la/el que lleva adelante el aula con todas las exigencias actuales que esto conlleva y muchas veces se sienten solos para tomar determinadas decisiones e incluso faltos de tiempo para realizar el constante tratamiento que requieren estos casos para que se vea una diferencia y avance en su aprendizaje. Siempre se trabajó en base a los intereses y tomando el punto de partida de los chicos, tanto para el diseño de las actividades como para la evaluación de sus aprendizajes. En el caso de la familia que no lleva a sus hijos a la escuela y por lo tanto no pueden terminar de completar sus aprendizajes, atravesados por una clara situación de vulnerabilidad, la escuela pierde prácticamente el control de la situación, si bien se informó a quien corresponde, los chicos continuaron faltando a clases.

La pregunta que surge es si estas acciones aisladas, durante algunos años de su escolaridad, colaboran en el apuntalamiento de las trayectorias amenazadas ya sea por una situación social, un problema familiar o alguna otra causa. La respuesta es imprecisa, en los dos primeros casos dio un excelente resultado, en el último caso no. Actualmente nos encontramos en las escuelas con mucha cantidad de situaciones pasibles de tener en cuenta que se hace muy difícil atender porque los recursos humanos con los que se cuenta no son suficientes.

También nos enfrentamos a la situación de finalización de la primaria y a la incertidumbre de qué pasará con estos chicos cuando se encuentren en escuelas secundarias en las que las exigencias son muchas y variadas. En su trayectoria escolar van a pasar por muchos escenarios en los que se pondrá en juego su continuidad escolar a causa de que todas las maneras de incluirlos en el sistema son acciones aisladas, no hay una planificación, una traza que sea una secuencia continua para estos chicos, no se hacen proyectos personales para ellos. Los chicos junto a sus familias, en el mejor de los casos, tendrán que lidiar con esta problemática sin una contención adecuada para su situación generando altas chances de repitencia y/o abandono escolar.

La inclusión educativa, la mirada docente atenta en los casos de quiebre de las trayectorias escolares, el seguimiento y el acompañamiento están relacionadas con una búsqueda de menor desigualdad social. La atención hacia la vulnerabilidad requiere de la articulación de diversos actores en pos de un abordaje multidisciplinario para poder sostener estas situaciones particulares que encontramos en las escuelas y que tenemos que atender para que el derecho a la educación de los chicos no se vea vulnerado.

(Los nombres de los alumnos han sido cambiados para preservar su identidad).

  • Subsecretaría de Educación. Dirección Provincial de Planeamiento.Dirección de Prospectiva e Investigación Educativa. 2010.Definiciones de vulnerabilidad educativa. Provincia de Buenos Aires.
  • Nestor Lopez (2005) Equidad educativa y Desigualdad social. Desafíos de la educación en el nuevo escenario latinoamericano. IIPE. UNESCO.

Florencia Braslavsky Nuñez

DNI 20.282.128

Docente del Área Inicial