Los que formamos parte de la Fundación Proyecto Pereyra queremos compartir nuestra mirada de la educación ambiental, la que fuimos desarrollando durante más de veinticinco años de trabajo en el área y que aún hoy seguimos revisando y construyendo, ya que en nuestra tarea de hacer nos permitimos cambiar los puntos de vista que teníamos al comenzar, nos damos el permiso de disfrutar y dar siempre valor a la construcción con otros.
Sin duda que uno de los tantos desafíos que la escuela enfrenta cotidianamente es el de compartir y producir conocimientos que tengan verdadero sentido y significación social, esos conocimientos permiten que los estudiantes puedan vincular los contenidos aprendidos con la realidad que vivencian día a día, desde este lugar proponemos, entonces, conocer las bases de la Ecología y vincular sus contenidos con situaciones cotidianas. Por ejemplo, el barrio como lugar que los estudiantes conocen y recorren a diario, por lo que es más fácil que allí ellos identifiquen los problemas ambientales que éste tiene. Para ello puede emplearse esta herramienta que desarrolle la percepción del grupo hacia el entorno para sentir y descubrir lo que sucede en el barrio y luego relacionar las problemáticas identificadas con problemáticas más globales, más abstractas; en este camino de sentir y dar sentido al conocimiento nos interesa transformar cada experiencia vivida en una experiencia de aprendizaje, nos preocupa y nos ocupa trabajar para la formación de individuos conscientes de sus posibilidades y capacidades para que desde allí puedan transformar las diferentes dimensiones de la realidad.

Ambientalizar la currícula, algo más que un conjunto de disciplinas.
Sin duda que para abordar proyectos vinculados a la educación ambiental es necesario abrirse, encontrarse y trabajar en equipos llevando adelante el proyecto seleccionado de manera participativa incluyendo docentes, directivos, alumnos, invitados, vecinos y organizaciones sociales; esta apertura que suma e incluye el entorno y los “otros” enriquece sustancialmente el proceso educativo.
Cuando una comunidad educativa toma y lleva adelante este desafío, acepta trabajar con el ambiente y la realidad social y en este sentido deberíamos volver a pensar nuestra mirada acerca del ambiente entendiendo e incluyendo la sociedad y la cultura.
Nosotros entendemos que la educación ambiental brinda la posibilidad de integrar diferentes áreas de estudio, convirtiéndose en una herramienta idónea para abordar en forma interdisciplinaria diferentes temáticas que suelen ser analizadas de forma aislada. Entre las áreas temáticas que incorpora, se destaca a las Ciencias Sociales, la cual permite analizar el papel del ser humano en el mundo físico y biológico dado que claramente no todas las sociedades comparten las mismas problemáticas ambientales ni el mismo interés de solucionarlas.
Desde esta mirada más amplia y problematizadora de la educación en general, donde entendemos que la crisis ecológica está profundamente ligada a una crisis social, política y cultural, y donde nos proponemos poner sobre la mesa esta situación y darnos esta discusión que nos lleva a entender que estos proyectos o actividades que forman parte de la pedagogía ambiental no están vinculadas sólo con la naturaleza o sólo con un área del conocimiento específico, sino que nos referimos ya a un enfoque que atraviesa la educación en cada uno de sus compartimentos y allí nos referimos a ambientalizar la currícula escolar con el objetivo de salvar las distancias entre sociedad y ambiente, entre conocimiento académico y conocimiento para la vida, entre razón y sentimiento.
Más allá del concepto del medio ambiente, animarnos a ambientalizar nuestro cotidiano es un intento de levantar la mirada de cada área específica del conocimiento, un intento de mirarnos y encontrarnos entendiendo que las actividades que realizamos no son exclusivamente parte de una materia sino son el producto del diálogo entre distintas disciplinas, entre los actores que participan, en las diferentes etapas del complejo proceso educativo.
Entendemos que abrir la escuela y abrirnos nosotros en tanto educadores con estas propuestas puede ser un camino para resignificar y reestructurar nuestra tarea docente para que sea verdaderamente la educación una apuesta al camino de la transformación.

Pablo Stefano
Fundación proyecto Pereyra
www.grupopereyra.org