Las nuevas tecnologías han llegado para instalarse en la sociedad y de a poco se fueron volviendo imprescindibles. Vivimos en un mundo donde todo circula por las redes, allí depositamos nuestros momentos más felices, las broncas, reflexiones y hasta esos instantes que nos perturban emocionalmente. Los niños de hoy, nacen con todo ese bagaje de información y son los que nos deslumbran por la facilidad en que manejan esas tecnologías.

El avance tecnológico permite que nos enteremos de todo lo que sucede al instante. Muchas veces parece que estamos sobre informados y a la vez desinformados. Creo que en ese punto el rol de los educadores cobra un mayor sentido. En épocas donde lo importante parece ser lo inmediato o lo que se consigue rápidamente, los docentes tenemos el enorme desafío de ayudar a los alumnos a adquirir herramientas para que puedan cuestionar la información que reciben.

Sabemos que educar en estos tiempos implica un enorme desafío porque requiere que estemos cada vez más actualizados con el uso de la tecnología. Para que estas herramientas tecnológicas sean realmente un elemento útil dentro del aula, debemos romper con las estructuras. Pararnos en ese lugar de sujeto que necesita aprender constantemente, renovarse, reinventarse, etc. Sin lugar a dudas, para lograr esos cambios, son fundamentales las capacitaciones en servicio que nos brinden herramientas de fácil acceso y que jueguen un importante rol dentro de nuestra propuesta pedagógica. Además, es de suma importancia que las capacitaciones tengan un nivel de frecuencia óptimo, para que los nuevos aportes que podamos adquirir de esas experiencias, cobren un valor dentro del aula y no terminen convirtiéndose en espacios vacíos de contenido que nos dejan ningún aporte significativo.

Si pensamos en una escuela que promueva propuestas pedagógicas que atraigan la atención de los alumnos, debemos reconocer que las nuevas tecnologías nos brindan una inmensa ayuda. Educar a los niños en un escenario que dominan desde que nacen, es pensar en prácticas realmente innovadoras que apuntan hacia un futuro alejado del modelo tradicional de educación. Si consideramos a las tecnologías como aliadas, mucho de nuestro trabajo se podría simplificar e incluso hacerlo más agradable.

No podemos ignorar que, para poder brindar prácticas innovadoras dentro de las aulas, necesitamos que todas las escuelas cuenten con los recursos tecnológicos necesarios para tener acceso al mundo informatizado. Hoy la realidad que nos toca vivir en las aulas es completamente diferente, mientras los docentes escuchamos discursos sobre cómo mejorar nuestras prácticas utilizando todo este tipo de recursos informáticos, en muchas escuelas no hay acceso a internet, los equipos que poseen los alumnos son escasos o no están en condiciones para abordar la tarea. Esta situación complica bastante el panorama de trabajo al que se pretende llegar y nos plantea interrogantes a los docentes ¿Todos tenemos las mismas posibilidades al uso de las tecnologías? ¿Se busca verdaderamente que la escuela salga del formato tradicional? ¿Las políticas educativas apuntan realmente a la cultura digital en todo el país?

Tal vez los interrogantes que se nos presentan a la hora de poner en práctica nuestra labor docente con esa visión hacia las Tics sean muy amplios, pero como educadores debemos ser conscientes que esta herramienta es con la que se maneja el mundo actualmente y nuestros alumnos tienen que dominarlas y tenerlas de aliadas para poder de alguna manera acortar la brecha de las desigualdades sociales.

 

Claudia Viviana Banegas

D.N.I.: 25591640

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